Hace poco tuvimos visitas de Argentina. Los
chicos estaban felices de tener a sus abuelos compartiendo sus vidas, siendo testigos
de sus actividades, sus lugares y sus amigos. Siempre se genera gran
expectativa en ambos lados, los visitantes con ansias de compartir todo con
nosotros, y en especial con los chicos. Mis hijos desesperados por el mal crío,
los mimos y la compañía constante e incondicional.
Como durante el día ando a mil y me manejo en
piloto automático, es a la noche cuando me siento y reflexiono. Bueno, anoche
estaba reflexionando sobre la comunicación de mis hijos con su familia de
Argentina y me di cuenta que ahora tengo un rol adicional: Traductora.
Varias veces durante las cenas tengo que hacer
de traductora, en especial de el mas chiquito de 3 años, porque mis hijos
vuelven de la escuela o de sus actividades ya programados en inglés. Siempre
que cuentan lo que hicieron durante su día, un tornado de emociones les invade
el alma. Alegría, rabia, frustración, y orgullo son algunas de las especias con
las que alimentan sus historias. Y cuando sienten la presión de hacer su relato
en español, todo se vuelve mas tenso y menos natural porque ellos se traban al
hablar. Entonces viene la mami traductora al rescate.
A la familia le resulta increíble, y hasta
gracioso. En el fondo, creo yo, sienten un poco de orgullo al escuchar a sus
nietos hablar perfecto inglés. Es como si fuesen pequeños “celebrities”. Pero yo me aterrorizo y
pienso, hoy en mi casa, las zanahorias pasaron a ser carrots.
A medida que pasan los días, los chicos se
acostumbran a la compañía, el español se restablece y vuelve a aflorar el
vocabulario cotidiano. Las charlas son mas naturales y fluidas. Mi nuevo
oficio, el de traductora, tiene menos demanda, porque ahora son mis hijos los
que traducen los menúes de lo restaurantes, ó los que susurran al oído de sus
abuelos lo que sucede en la obra de teatro que vamos a ver en la calle Broadway. Es en
esos momentos tan tiernos que pienso: A lo mejor es posible tener zanahorias y
carrots en casa.
¿A ustedes les pasa lo mismo? ¿Tienen sus
chicos también un proceso de adaptación al lenguaje cuando los visita su
familia?
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When
The Family Visits Us, I Turn Into a Translator
A few
days ago, our family from Argentina came to visit us. My kids were excited to
have their grandparents here sharing their life with them, witnessing their
activities, their places, and having the opportunity to meet their friends. Every
time we have people coming over, there are big expectations on both sides. The
anxious visitors want to share every moment with us, especially with the kids.
And the little ones are desperate for the love, the cuddling, and the constant
and unconditional company.
During
the day I am really busy, so it is at night when I sit down, relax a little bit
and meditate about things. Yesterday night, I was thinking about communication
between my kids and my family from Argentina, when I suddenly realized that
today I have an additional role: Translator.
At
dinner-time, I have to act as a translator, specially for the little one, who
is 3 years old, because my kids come back from their school and after school
activities already programmed in English. Usually, when they re tell their
days, a tornado full of feelings invades their souls. Happiness, anger, frustration,
and pride are some of the spices they add to their stories. However, when they
are under the pressure of telling in Spanish, the stories become less natural
because they cannot find the appropriate words in Spanish. Then, it is mommy,
the translator who rescues them.
The
family is amazed by these moments and they even think it is funny. I think,
very deep inside they are proud of their grandkids, who speak perfect English.
It’s like they were little “celebrities”. On the contrary I got horrified and think: Today
in my house there are no more zanahorias, and instead I have carrots.
Then,
days passed, my kids get used to the company and like a rose in spring, Spanish
sprouts again. Chats are more natural and fluent; and my new role is less required. Because now it’s my kids who translate menus, or
whisper into their grandparents’ ears what’s happening on the show we are watching
on Broadway. On those cute moments I think: After all, it is possible to have carrots
and zanahorias at home.
DO you
feel identified by this post? Do you go through the same experiences? Do your
kid go through the same process of language adaptation when you have visits
over?
Un abrazo al corazon! Me encantaron esas palabras. Eso es lo que son! Un abrazo al corazon! Las zanahorias y las corrots, la traduccion de los menues, los mini celebrities, me siento tan identificada! Que lindo leerte..!
ReplyDeleteCada dia se me hace mas dificil que mis hijos me hablen espanol...especialmente con el de 4. Es un gringo!! Las zanahorias son zanahorias, pero el azul no es mas azul, el pollo no es mas pollo, la pelota ya es ball, las cosas son shortitas, y mil cosas! Pero como vos decis...no hay que dar el brazo a torcer, y hay que seguir insistiendo! No rendirse!! Me encanta saber que es una lucha de todos del dia a dia.
Segui escribiendo y compartiendo..